lunes, 21 de julio de 2014

Crisis Migratoria: La "selfie" humanitaria

La semana pasada se inauguró en un lujoso hotel de Tegucigalpa la Conferencia Internacional sobre Migración, Niñez y Familia, con la participación de delegados internacionales de la región, el departamento de Homeland Security, la representante de las Naciones Unidas en Honduras, Consuelo Vidal-Bruce, y el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, entre otros representantes de distintas organizaciones promigrantes. 

Foto: La Tribuna
Al entrar al evento para hacer la cobertura del mismo, noté que desde la entrada se exhibía una serie fotográfica cuyo tema era, precisamente, la migración infantil. Curiosamente, el papel protagónico en las fotografías no era de los niños ni de las madres detenidas en la frontera estadounidense, sino de la Fuerza de Tarea del Niño Migrante y en particular de la persona que encabeza este organismo, la primera dama de Honduras, Ana García de Hernández, quien podía verse en posturas muy piadosas (siempre agachada) hacia los personajes de este drama humano. 

Foto: Página oficial de Facebook de la primera dama
Precisamente el lunes de esa misma semana, el primer vuelo con 18 unidades familiares deportadas de Estados Unidos llegó a Honduras. El vuelo fue recibido por nadie más que la primera dama, Ana García, acompañada de la Fuerza de Tarea del Niño Migrante, constituída por un gran grupo de mujeres pulcramente enfundadas en sus chalecos, quienes llegaron cómodamente en sus automóviles del estado. Entre estas mujeres se encuentra la fiscal especial de la niñez, Nora Urbina, quien se refirió a los niños deportados como personas ilegales. Las familias fueron recibidas en el Centro de Atención al Migrante Retornado, donde se les proporcionó un almuerzo, cortesía de la primera dama, y el kit estándar que se le ofrece a los deportados que recién han regresado a su país: una caja de comestibles, para paliar fugazmente las necesidades que vendrán inevitablemente mientras se busca un sustento, y una suma de dinero que les permita comprar un boleto de bus para regresar a sus hogares. 

Fotograma: Nincy Perdomo
Regresando a la conferencia, los más altos diplomáticos de la región se la pasaron día y medio hablando sobre las razones de por qué el pueblo centroamericano tiene la necesidad de cortar sus raíces y emprender un peligrosísimo éxodo a través ríos y desiertos, sobre trenes y autobuses, luchando contra el hambre y los cárteles- hablaron de todas esas cosas mientras eran atentamente servidos por camareros, rodeados de sushi y otros bocadillos, en un moderno centro de convenciones y agasajados por decenas de edecanes prestos a acoger a tan ilustres defensores de la niñez hondureña y centroamericana. 

Lo que nos lleva al título de esta entrada: las crisis, especialmente en países "en vías de desarrollo" como tan políticamente correcto se dice en el ámbito internacional, sirven a los gobiernos en gran parte para un objetivo particular: hacer relaciones públicas con la pornografía de la miseria, o elaborar la "selfie" humanitaria. 

El gobierno de Juan Orlando Hernández es un gobierno orientado por completo hacia la imagen. Desde el flagrante ocultamiento de información que patrocina el ministro de seguridad, Arturo Corrales, para maquillar las preocupantes cifras de homicidios en el país, pasando por la absurda resolución de "regalar" wifi gratis en los parques centrales para olvidar el hecho de que no hay frijoles, hasta llegar a los programas Vida Mejor, Con Chamba Vivís Mejor y Bono Diez Mil, que el gobierno enarbola como estandartes de triunfo y bienestar y no como los instrumentos para calmar las voces de los activistas que esperan su retribución, éste gobierno está decidido a mostrar el rostro que mejor le funcione a sus propósitos. En el caso de de los niños migrantes, el rostro es el de la primera dama llorando mientras es escoltada por toda su avanzada a los centros de detención de familias migrantes, y no los rostros de quienes no tienen hacia dónde ir y por eso se mueven hacia el norte, esperando que su suerte cambie y logren unirse a los hondureños que día a día envían un flujo constante de remesas para mantener a flote a sus familias y al país. 

Foto: El Heraldo

Foto: El Heraldo
Una de las medidas que el gobierno anunció durante la conferencia fue la implementación de una campaña publicitaria para persuadir a las familias hondureñas de no ir ni enviar a sus hijos hacia Estados Unidos. A grandes rasgos, la campaña emite varios mensajes: No te dejés engañar por los coyotes. Quedate, aquí podés triunfar. La migración infantil también es abandono. 

¿Qué clase de gobierno ignora su papel en la desolación y miseria de las familias que representa y luego deposita la culpa y la responsabilidad del fenómeno de la migración sobre estas mismas familias? ¿La migración infantil también es abandono? ¿Qué hay del abandono que comete el estado contra las familias hondureñas que son víctimas del desempleo y la delincuencia, o del abandono a los niños procreados por la criminalización de los anticonceptivos? ¿No te dejés engañar por los coyotes? ¿Qué hay de los engaños que constantemente perpetran las instituciones estatales, disfrazando informaciones y desfalcos? ¿Quedate, aquí podés triunfar? ¿Dónde está el espacio libre de violencia y pobreza que permita ese utópico triunfo?

Caricatura: Pepe
Es imposible remediar la migración en la región centroamericana si las condiciones de vida no permiten la subsistencia. Es imposible remediar las condiciones de vida en esta región si los gobiernos siguen reuniéndose en cumbres y conferencias para taparse los ojos y echarle la culpa sólamente al narcotráfico, o para pretender que un par de fogones resuelven la situación económica de una familia.

Entre tanto, tendremos más fotos (enternecedoras) de encopetadas señoras deliberadamente vestidas con sencillez, para conmover el corazón de la Unicef, la OEA, e incluso Estados Unidos, de manera que algún programa se pueda crear para resolver esta problemática, y hayan fondos destinados para tal programa, fondos que se escurrirán en alguna burocracia definida por los donantes y que jamás llegarán a los afectados. 

Así es, señores; sonrían porque esta "selfie" va "pal' face".